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MATER ET DECOR CARMELI,
BREVE HISTORIA DE UNA AVENTURA

La Federación surgió como respuesta al querer de la Iglesia. Por primera vez en año 1951 el Papa Pío XII, en la Constitución ApostólicaRevista ”Sponsa Christi” exhortó a las comunidades de vida contemplativa a crear Federaciones y Asociaciones de monasterios con el objeto de favorecer el crecimiento espiritual y formativo de los mismos. Este deseo sería reiterado por todos los documentos posteriores, y especialmente por el Concilio Vaticano II. Siendo respaldado también por los superiores de la Orden que siempre nos han prestado su ayuda fraterna en los esta obra de Dios.
El 10 de diciembre de 1980 por petición formal de los Monasterios de Antequera, Aracena, Cañete la Real, Granada, Osuna, Sevilla, Tafira Alta y Villalba del Alcor, fue erigida canónicamente la Federación “Mater et Decor Carmeli” perteneciente a las Monjas de la Orden de los Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, existentes en Andalucía, Canarias y Portugal. Posteriormente, se fueron incorporando los monasterios de Estepona (1989), Moncorvo -Portugal- (1993), Utrera (2000), y Beja -Portugal- (2007). La Federación se  rige por Estatutos Particulares y constituye una persona moral y jurídica de Derecho Pontificio. Tiene su sede en el Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús y Beato Tito Brandsma, de la ciudad de Córdoba, casa federal y de formación de la Federación, fundada por la misma en el año 1985.

Son objetivos de la Federación:

  1. Custodiar y promover los valores de la vida contemplativa
  2. Potenciar la conciencia de formar una misma orden
  3. Fomentar la ayuda y colaboración mutuas…
  4. Favorecer al máximo la unidad y fraternidad en Cristo de las comunidades para ofrecer un verdadero testimonio de que son Iglesia.
Virgen

Pero el más importante se todos es la FORMACIÓN de sus miembros, tanto a nivel inicial como permanente. Responde con este cometido al deseo de la iglesia y de la Orden. Expresaba el Papa Juan Pablo II, de feliz memoria, en un encuentro a las Monjas de clausura: “El Papa os llama hoy a seguir cultivando vuestra vida consagrada mediante una renovación litúrgica, bíblica y espiritual, siguiendo las directrices del Concilio. Todo esto exige una formación permanente que enriquezca vuestra vida espiritual”. La formación introduce en la mente los deseos de Cristo y hace capaces de vivir en las comunidades el reino de Dios caracterizado por el amor sin fronteras. Con este estilo de vida las monjas contemplativas responden a los compromisos contraídos con Dios, con la Iglesia y con todos  los hombres.

Respondiendo al objetivo de favorecer la fraternidad, la unidad y la comunicación entre los monasterios, la Federación edita periódicamente el Boletín informativo Todo de María. En dicho boletín participan todas las comunidades.

 

Origen de las monjas carmelitas

escudo sagrarioEn mayo de 1452 el Beato Juan Soreth acogió en la Orden a las beguinas de Ten Elsen en Gelderns, que deseaban ser carmelitas a fin de que “la Bienaventurada  Virgen María, Madre de Dios, pudiera ser venerada por mujeres religiosas, de igual modo que lo era por los varones de la Orden. El Beato Juan Soreth creía que la vida de las monjas contribuiría a renovar el ideal contemplativo de la Orden y sería un impulso para mejorar la observancia entre los frailes. La aprobación de las monjas carmelitas se llevó a cabo con la Bula “Cum nulla” de Nicolás V, del 7 de octubre de 1452, solicitada probablemente por los frailes de Florencia para sus “pinzóqueras” (beatas).
           
En el momento de la fundación oficial de las monjas, toda la  Iglesia, y de modo especial las Órdenes religiosas, trataban de salir de la crisis que siguió a numerosos acontecimientos muy difíciles acaecidos en Europa: la “peste negra” (1348 - 1352), las guerras de los Cien Años, el Papado de Aviñón y el gran cisma de Occidente. Juan Soreth, elegido Prior General de la Orden se dedicó con sabiduría y vigor a restablecer la vida común, especialmente en lo relacionado a la pobreza y a la oración. El nacimiento de las monjas carmelitas fue parte de este programa de reforma, orientado a recordar a los frailes la centralidad de la vida contemplativa y de la pobreza. Él no creyó que era un signo de relajación la atenuación de la austeridad de la abstinencia y del ayuno, concedida algunos años antes por el papa Eugenio IV (1432). El Beato Juan Soreth encontró una ayuda preciosa  para las fundaciones de los monasterios femeninos en la Beata Françesca d’Amboise (1427 – 1485) la más famosa entre las primeras monjas en Francia. (Ratio Instituciones)